Cosas que suelo pensar mientras escribo
Lo que me pasa por la cabeza mientras avanzo con mi novela más ambiciosa hasta la fecha
Noviembre está al caer y durante este mes tiene lugar uno de los “acontecimientos” literarios más esperados por muchos escritores. Se trata del NaNoWriMo, un evento anual para escritores que se celebra cada noviembre. Una especie de “reto” de escritura en el que el autor se marca el objetivo de escribir 50.000 palabras en el mes (lo que equivale a algo más de 1.600 palabras al día).
Hay quien lo utiliza para escribir un primer borrador de 50.000 palabras o hay quien aprovecha el impulso que supone el reto personal, para terminar algún proyecto o darle un empujón a algo que ya tenga empezado.
Ese es mi objetivo participando en NaNoWriMo este año (el primero en el que participo, por cierto). En julio empecé la que, hasta la fecha, es mi novela más ambiciosa. Como casi todos los proyectos que empiezo, la dejé aparcada después de escribir las primeras 20.000 o 30.000 palabras y en octubre he decidido volver a retomarla, intentando recuperar el hábito de escribir cada día.
Mi idea con NaNoWriMo es seguir haciendo lo que llevo haciendo ya un par de semanas: escribir cada día un mínimo de palabras y finalizar la novela. Solo que esta vez lo haré siguiendo el reto, lo cual me parece genial porque muchos otros escritores lo hacen y es bonito sentirse acompañado en este camino :)
👉 En este hilo de twitter voy haciendo actualizaciones diarias de mis avances.
Pero mientras esperamos que llegue NaNoWriMo y vemos si seré capaz de completar la novela, hoy quería dejar por aquí algunos pensamientos que suelen pasarme por la cabeza mientras escribo estos días, por si en algún punto tú has pensado o sentido algo similar.
Y es que, aunque no suelo distraerme mucho mientras escribo, en semanas como esta en la que me ha faltado un poquito de inspiración y he tenido que “forzar” la máquina, suelo pensar cosas como…
❌ “No estoy avanzando nada”
Este es uno de mis pensamientos recurrentes. Nunca siento que esté avanzando lo suficiente. Y ante este pensamiento, lo único que puedo hacer es aceptar que habrá días que avance y otros días en los que no.
De hecho, muchas de mis sesiones de escritura de esta semana las he dedicado a revisar y a arreglar cosas que he escrito el día anterior, para después ir añadiendo cosas nuevas al manuscrito.
❌ “Esto que estoy escribiendo no tiene sentido / es malísimo”
Cuando escribes todos los días, debes aceptar que no tienes el mismo grado de inspiración ni de motivación cada día. Y por tanto, hay días en los que vas a sentir que tu pluma fluye y que escribes muy bien, y otros días en los que, inevitablemente, vas a sentir que lo que estás escribiendo está solo rellenando, pero que realmente ni es bueno ni aporta ni nada (y ojo, es posible que así sea. Me refiero a que no es un pensamiento intrusivo o el síndrome del impostor, sino que es algo 100% objetivo. Hay días que escribimos caca, amigas, y no pasa nada).
Ante este pensamiento, he aprendido que lo que tengo que hacer es continuar escribiendo, aunque piense que es malo porque, por malo que sea, me está sirviendo para avanzar con la trama, y eso es bueno. Así que avanzo. Y al día siguiente, con una nueva visión y quizá más perspectiva, lo arreglo.
El ejemplo lo tengo en el último capítulo que he completado de la novela que estoy escribiendo actualmente: cuando lo empecé, me forcé muchísimo a continuar escribiendo porque estaba muy poco inspirada. Después de la primera sesión de escritura de ese capítulo, me di cuenta que apenas tenía dos o tres escenas de puro diálogo, poco inmersivas y que me dieron ganas de borrar AL INSTANTE.
Pero en vez de borrarlas, fui arreglándolas poco a poco en los días siguientes, quitando lo que no servía, añadiendo cosas que le daban un sentido nuevo, más profundidad… Y al final ha resultado ser un CAPITULAZO (si no está mal que yo lo diga).
❌ “No me esperaba que esto fuera por aquí, pero Ok. Veamos dónde nos lleva” o también: “Hoy es el día en el que me voy a bloquear y no voy a poder seguir”
Para que entiendas este punto, primero tengo que contarte que soy escritora brújula. Pero no un poquito solamente, sino brújula del todo. Y no porque no me sepa la teoría: los tres actos, la estructura, los personajes, la planificación… Soy brújula porque no sé ser mapa.
Lo que me pasa cuando planifico demasiado una novela es que me aburro y dejo de escribirla, me bloqueo.
Tengo que saber cómo va a terminar, sí. Tengo que ir llevando a los personajes hacia ese final, sí. Pero no puedo tener un plan hiperdetallado de lo que va a pasar, de lo que van a decir y de lo que va a suceder entre medias del prólogo y el epílogo.
Como brújula incorregible, me dejo llevar por la inspiración del momento y de pronto, me descubro escribiendo diálogos o escenas que me sorprenden porque suponen una vuelta de tuerca más para la trama o un camino diferente del que en un principio había pensado.
Sé que suena rarísimo decir que mis personajes hacen lo que quieren o que los acontecimientos “surgen” o que no me esperaba escribir tal o cual cosa, pero ES CIERTO. Si eres brújula me entenderás.
Y cuando una de estas cosas inesperadas sucede, en vez de castigarme o intentar reprimirlas (como hacía al principio), sigo escribiendo. Confío en el proceso y dejo que sea la propia historia quien decida si lo que sea que ha surgido (un nuevo diálogo, un personaje inesperado, una escena random o un acontecimiento) tiene sentido o no.
Generalmente, lo tiene y de hecho, me sirve para atar cabos sueltos y cerrar muchos círculos. ¿Será el subconsciente? Puede, no lo sé.
❌ “Nadie va a querer leer esto nunca” o variantes como: “Esta historia solo me gusta a mí, pero a nadie le va a gustar”
Hace mucho tiempo que dejé de escribir en función de lo que pensaba que podría gustarle a un posible lector. Y sé que eso no siempre está bien porque, en fin, tienes que pensar en el público potencial de esa novela que estás escribiendo.
Pero también me ha pasado que he intentado encajar demasiado en lo que está de moda, en lo que veo que la gente publica, en lo que parece que gusta más… Y nunca me ha salido bien.
Así que, como tampoco tengo ninguna pretensión de ser una autora publicada, y solamente quiero escribir para mí y para la pequeña comunidad que estamos creando en Wattpad, en realidad cuando pienso en que lo que escribo no le va a gustar a nadie, enseguida le doy la vuelta pensando: “Bueno, con que a una persona le merezca la pena leerlo, ya me vale”. Y así la presión autoimpuesta se hace mucho más llevadera.
Llegados a este punto tengo que decir que muchas veces, cuando escribo, no pienso en otra cosa nada más que en lo que estoy escribiendo. Me esfuerzo en visualizarlo como si fuera una película y muchas veces haciendo eso, ya dejo de pensar en otras cosas. Pero en los días en los que estoy más cansada, espesa o falta de inspiración, estas son las cosas que me suelen rondar la cabeza.
¿Te animas a compartir qué te ronda la cabeza a ti?